¿Por qué no basta con los talleres?

La importancia de una situación de aprendizaje en bienestar animal

Desde que iniciamos nuestra labor como fundación, muchos centros educativos nos han solicitado impartir talleres sobre bienestar animal o sesiones para sus estudiantes. Algunos con un objetivo claro, como sensibilizar sobre el abandono o dar a conocer nuestro trabajo en las protectoras; otros porque algún estudiante había realizado un voluntariado con nuestra asociación y quería compartir con el resto de compañeros su experiencia; otros, no vamos a engañar a nadie, simplemente para llenar horas de clase, donde los estudiantes ni siquiera sabían de qué íbamos a hablarles.

bienestar animal en los Proyectos Educativos de Centro

Sin embargo, en todos los casos, siempre ha habido un factor común: quien tomaba la iniciativa e iniciaba el contacto con nosotros era alguien del centro educativo (equipo directivo, docente o familiar). Tras más de una década de experiencia, nunca hemos visto un Proyecto Educativo de Centro (PEC) que considere el bienestar animal como un pilar fundamental en su modelo de aprendizaje.

La realidad es que, aunque bien intencionados, estos talleres suelen tener un impacto limitado. Se enfocan más en “escuchar a alguien que viene a contar cosas” que en promover un aprendizaje activo. No se preparan ni contextualizan los contenidos antes ni se continúa trabajando el tema después. Además, surge siempre la misma pregunta: ¿En qué asignatura encaja el taller? ¿Debería ser en tutoría, ciencias naturales, o en un espacio interdisciplinar?

Muchas escuelas ya se han comprometido a defender el medioambiente o la inclusión, promoviendo iniciativas ecológicas, como el reciclaje, y fomentando la gestión positiva de conflictos o la interculturalidad. Entonces, ¿por qué no incluir también el bienestar animal y la tenencia responsable dentro del Proyecto Educativo de Centro? Nos cuesta creer que nadie se lo plantee, ya que este es un tema urgente, y no solo por la sensibilidad de muchos en nuestra sociedad, sino también porque el contexto legislativo actual lo respalda.

El 29 de septiembre de 2023 entró en vigor la Ley 7/2023, de 28 de marzo, de Protección de los Derechos y el Bienestar de los Animales. Aunque esta ley ha recibido críticas, es la primera en establecer un marco común en toda España y destaca la necesidad de “desarrollar actividades formativas, divulgativas e informativas en materia de protección animal(artículo 2, Ley 7/2023) , poniendo el foco en la educación, la formación y la concienciación de la ciudadanía, especialmente entre los más jóvenes. 

Además, la reforma educativa actual también genera un marco de actuación propicio para realizar este tipo de propuestas educativas. La Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre recoge en su Anexo I, en el perfil de salida del alumnado al término de la enseñanza básica, que el alumnado deberá: «Desarrollar una actitud responsable a partir de la toma de conciencia de la degradación del medio ambiente y del maltrato animal. Asimismo, la LOMLOE promulga en las competencias básicas del área de Educación en Valores Cívicos y Éticos el respeto por la vida animal y su cuidado y protección.

Situación de aprendizaje en bienestar animal: nuestro enfoque

Toda esta experiencia acumulada y el nuevo contexto legal nos llevaron a dar un paso más allá: el presidente de la Fundación, Jaime Mateu, se formó en magisterio para convertir nuestros talleres en una situación de aprendizaje efectiva y no solamente ofrecer una charla agradable en un colegio. 

Así nació su Trabajo de Fin de Grado: “Aprendizaje Servicio y Bienestar Animal: Retos para la Escuela del Siglo XXI”, una propuesta educativa diseñada para estudiantes de tercer ciclo de primaria, en la que abordan temas esenciales como el bienestar animal, los derechos de los animales, la clasificación de los animales según su relación con el ser humano, y la responsabilidad en la tenencia de animales de compañía. Todo esto culmina en una actividad de servicio comunitario.

Esta situación de aprendizaje incluye diez sesiones que fomentan el aprendizaje significativo a través del trabajo en grupo, actividades interdisciplinares y la colaboración con entidades del tercer sector. Y, como cierre del proyecto, los alumnos presentan sus conclusiones al resto del centro, lo que permite que otros estudiantes conozcan y se interesen por estos temas.

¿Por qué apostamos por una situación de aprendizaje?

  • Profundidad y contexto: A diferencia de un taller puntual, la situación de aprendizaje integra los contenidos en un marco más amplio y significativo.
  • Interdisciplinariedad: Los temas de bienestar animal no se limitan a una única asignatura, sino que permiten un enfoque transversal.
  • Empoderamiento de los estudiantes: Al final del proyecto, los alumnos se convierten en agentes de cambio, compartiendo lo aprendido con sus compañeros y fomentando el interés en las nuevas generaciones.

 

En definitiva, creemos que, para que el bienestar animal tenga un impacto real y duradero en la comunidad educativa, debe incluirse de manera sistemática en el currículo escolar. 

Este es el camino que hemos elegido: pasar de talleres ocasionales a situaciones de aprendizaje que contribuyan a una educación más consciente, empática y completa.

Si quieres que tu centro educativo sea pionero en bienestar animal y se convierta en un referente en este tema, puedes contactarnos aquí.

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La importancia de una situación de aprendizaje en bienestar animal

Desde que iniciamos nuestra labor como fundación, muchos centros educativos nos han solicitado impartir talleres sobre bienestar animal o sesiones para sus estudiantes. Algunos con un objetivo claro, como sensibilizar sobre el abandono o dar a conocer nuestro trabajo en las protectoras; otros porque algún estudiante había realizado un voluntariado con nuestra asociación y quería compartir con el resto de compañeros su experiencia; otros, no vamos a engañar a nadie, simplemente para llenar horas de clase, donde los estudiantes ni siquiera sabían de qué íbamos a hablarles.

bienestar animal en los Proyectos Educativos de Centro

Sin embargo, en todos los casos, siempre ha habido un factor común: quien tomaba la iniciativa e iniciaba el contacto con nosotros era alguien del centro educativo (equipo directivo, docente o familiar). Tras más de una década de experiencia, nunca hemos visto un Proyecto Educativo de Centro (PEC) que considere el bienestar animal como un pilar fundamental en su modelo de aprendizaje.

La realidad es que, aunque bien intencionados, estos talleres suelen tener un impacto limitado. Se enfocan más en “escuchar a alguien que viene a contar cosas” que en promover un aprendizaje activo. No se preparan ni contextualizan los contenidos antes ni se continúa trabajando el tema después. Además, surge siempre la misma pregunta: ¿En qué asignatura encaja el taller? ¿Debería ser en tutoría, ciencias naturales, o en un espacio interdisciplinar?

Muchas escuelas ya se han comprometido a defender el medioambiente o la inclusión, promoviendo iniciativas ecológicas, como el reciclaje, y fomentando la gestión positiva de conflictos o la interculturalidad. Entonces, ¿por qué no incluir también el bienestar animal y la tenencia responsable dentro del Proyecto Educativo de Centro? Nos cuesta creer que nadie se lo plantee, ya que este es un tema urgente, y no solo por la sensibilidad de muchos en nuestra sociedad, sino también porque el contexto legislativo actual lo respalda.

El 29 de septiembre de 2023 entró en vigor la Ley 7/2023, de 28 de marzo, de Protección de los Derechos y el Bienestar de los Animales. Aunque esta ley ha recibido críticas, es la primera en establecer un marco común en toda España y destaca la necesidad de “desarrollar actividades formativas, divulgativas e informativas en materia de protección animal” (artículo 2, Ley 7/2023) , poniendo el foco en la educación, la formación y la concienciación de la ciudadanía, especialmente entre los más jóvenes. 

Además, la reforma educativa actual también genera un marco de actuación propicio para realizar este tipo de propuestas educativas. La Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre recoge en su Anexo I, en el perfil de salida del alumnado al término de la enseñanza básica, que el alumnado deberá: «Desarrollar una actitud responsable a partir de la toma de conciencia de la degradación del medio ambiente y del maltrato animal. Asimismo, la LOMLOE promulga en las competencias básicas del área de Educación en Valores Cívicos y Éticos el respeto por la vida animal y su cuidado y protección.

Situación de aprendizaje en bienestar animal: nuestro enfoque

Toda esta experiencia acumulada y el nuevo contexto legal nos llevaron a dar un paso más allá: el presidente de la Fundación, Jaime Mateu, se formó en magisterio para convertir nuestros talleres en una situación de aprendizaje efectiva y no solamente ofrecer una charla agradable en un colegio. 

Así nació su Trabajo de Fin de Grado: “Aprendizaje Servicio y Bienestar Animal: Retos para la Escuela del Siglo XXI”, una propuesta educativa diseñada para estudiantes de tercer ciclo de primaria, en la que abordan temas esenciales como el bienestar animal, los derechos de los animales, la clasificación de los animales según su relación con el ser humano, y la responsabilidad en la tenencia de animales de compañía. Todo esto culmina en una actividad de servicio comunitario.

Esta situación de aprendizaje incluye diez sesiones que fomentan el aprendizaje significativo a través del trabajo en grupo, actividades interdisciplinares y la colaboración con entidades del tercer sector. Y, como cierre del proyecto, los alumnos presentan sus conclusiones al resto del centro, lo que permite que otros estudiantes conozcan y se interesen por estos temas.

¿Por qué apostamos por una situación de aprendizaje?

  • Profundidad y contexto: A diferencia de un taller puntual, la situación de aprendizaje integra los contenidos en un marco más amplio y significativo.
  • Interdisciplinariedad: Los temas de bienestar animal no se limitan a una única asignatura, sino que permiten un enfoque transversal.
  • Empoderamiento de los estudiantes: Al final del proyecto, los alumnos se convierten en agentes de cambio, compartiendo lo aprendido con sus compañeros y fomentando el interés en las nuevas generaciones.

En definitiva, creemos que, para que el bienestar animal tenga un impacto real y duradero en la comunidad educativa, debe incluirse de manera sistemática en el currículo escolar. 

Este es el camino que hemos elegido: pasar de talleres ocasionales a situaciones de aprendizaje que contribuyan a una educación más consciente, empática y completa.

Si quieres que tu centro educativo sea pionero en bienestar animal y se convierta en un referente en este tema, puedes contactarnos aquí.

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